"Hacia 1855 se introduce un postre de lujo: los helados. Su aparición regular y venta al público -los más ricos eran los que preparaba el portugués Ferreyra, en el Café del Plata- se hizo posible gracias a que se importó hielo norteamericano, extraído de los grandes lagos del país del Norte. El Teatro Colón tenía en su sótano una inmensa heladera, que repartía el precioso elemento a domicilio."
"La República dividida", María Saenz Quesada, 1974
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